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La formación completa de Anclaje Miofascial está dirigida a profesionales kinesiólogos, terapistas físicos o fisioterapeutas. Consulte el cronograma completo de los cursos y sus sedes.

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¿Qué es el anclaje miofascial?

El anclaje miofascial es una variedad de estiramiento (stretching), efectuada desde hace más de seis años en forma experimental clínica a numerosos pacientes. La técnica del Anclaje Miofascial se puede incluir dentro de las terapias para tejidos blandos. Es una técnica estructural, con participación activa del paciente y en carga, lo que involucra una gran cantidad de receptores. Esta metodología presenta una alta y rápida eficacia en el tratamiento de los procesos de dolor y restricción de movilidad en general. La sencillez de la ejecución de la técnica en estudio y la rápida comprobación de su resultado aportan un apreciable beneficio tanto para el profesional que la utilice, como para los pacientes. La técnica consiste en buscar un punto de apoyo (lo que inspiró al autor a nominarla como “Anclaje”), donde el profesional afirma el contacto. A continuación se le pide al paciente la acción contraria del músculo o conjunto miofascial sobre el cual se quiere influir.

Presentación de la metodología

La técnica de anclaje miofascial aplicada sobre el trígono lumbar ha sido objeto de una tesis presentada ante tribunal europeo en la Escuela Osteopática de Madrid: Repercusión del anclaje miofascial en el trígono lumbar sobre la flexión de tronco. Por esa tesis, su autor ha recibido el Diploma de Osteopatía (D.O.) y el Premio Accésit, en estímulo a su Investigación científica en Ciencias de la Salud, otorgado en las 1º Jornadas Científicas de Ciencias de la Salud, que tuvieron lugar en la Facultad de Medicina -U.B.A.- el 17 y 18 de octubre de 2006. El presente método terapéutico es utilizado en la actualidad por varios profesionales instruidos personalmente por el autor, muchos de ellos osteópatas egresados de la Escuela Osteopática de Buenos Aires. En diciembre de 2007 se ha comenzado la formación de post-grado en la metodología, con el Primer Curso de Anclaje miofascial en tronco y raíz de miembros, organizado por la Asociación Argentina de Kinesiólogos Osteópatas (A.A.K.O.).

Ejecución de la técnica

Como durante la ejecución del movimiento el paciente comienza a tener una sensación molesta y cortante, parecida a la que se produce con el masaje de tejido celular subcutáneo, debe ser advertido previamente con el fin de que sólo realice el movimiento hasta la aparición desagradable de la sensación dolorosa. Este detalle es fundamental para que la maniobra no genere daños tisulares y para que sea tolerado por el paciente; quien decide hasta donde avanzar con el movimiento

Variedades

Existen variantes de acuerdo a la dirección en la cual se realice el movimiento activo: excéntrico o concéntrico. Se definen las variantes como anclaje en estiramiento y anclaje en contracción. Poniendo como ejemplo de sintomatología a las lumbalgias, la utilización del Anclaje Miofascial va a depender de una evaluación pormenorizada que definirá el tipo de acción terapéutica a llevar adelante. Se pueden anclar los tejidos correspondientes al anillo pelviano y/o costal, repercutiendo sobre estructuras anatómicas importantes que condicionan al raquis lumbar (diafragma, cuadrado lumbar, psoas-ilíaco, abdominales, espinales, peritoneo, láminas sacro-recto-genito-pubianas, etc.).

Efectos

Las repercusiones sobre el tejido conectivo son de características sistémicas, dado que al aplicar una presión sobre una estructura fascial se afecta piel, tejido celular subcutáneo, aponeurosis, músculo y periostio (cuando el anclaje se realiza en un jalón óseo). Por lo tanto, son muchos los receptores estimulados y van a ser muchas las respuestas generadas. El Anclaje Miofascial va a tener efectos que mejoran movimiento, disminuyen el dolor y activan la circulación. Esta técnica constituye una herramienta novedosa y efectiva a la que el terapeuta puede recurrir.

Contraindicaciones

  • Actitudes antiálgicas severas con hernias o protrusiones activas, donde la flexión de tronco pueda agravar el cuadro existente.
  • Individuos que presentan daños estructurales en dermis y tejido conectivo en la zona de contacto (quemados).
  • Enfermedades inflamatorias agudas.
  • Labilidad capilar de piel y/o de tejido celular subcutáneo.
  • Trastornos cardíacos graves.
  • Pacientes anticoagulados.
  • Trastornos de la sensibilidad.
  • Embarazos en curso.

Anclaje miofascial sobre el trígono lumbar

  • El paciente se encuentra parado, con los pies paralelos y separados.
  • El profesional se ubica por detrás y toma contacto con ambos pulgares sobre el límite posterior del trígono lumbar; los índices siguen la dirección de las crestas ilíacas.
  • Luego, colocando un pie entre los del paciente, afirma el contacto caudalmente y le solicita al paciente que ejecute una flexión de tronco hasta que la molestia se lo permita o hasta que el profesional perciba la resistencia del tejido bajo sus dedos. La técnica puede repetirse hasta tres veces.